Acércate a disfrutar de la diversidad. Los paseos por la mina de oro romano de las Médulas de la Leitosa, los suaves pendientes por los caminos en los fondos de valle, y de las largas caminatas y subidas a las altas montañas como el Miravalles o el Cuiña y sus paisajes glaciares.
Es éste un lugar mágico, en el que los robles, los acebos y los madroños dan paso al manto de brezo, que cubre de color las primaveras. Los sotos de castaños, vecinos centenarios de los pueblos y sus habitantes, despojados de su fruto en el otoño, y de sus hojas en los blancos inviernos. Castaños centenarios como el Campano de Villar de Acero o el Cantín en Villasumil, son desde hace cientos de años unos imponentes compañeros de esas gentes que los miman y cuidan durante todo el año.
La vegetación de ribera, acompaña las abundantes aguas de ríos y arroyos, en los que los frutos rojos, y la fauna acuática hacen las delicias de las épocas estivales.
En estas montañas, refugio de los osos y antaño del urogallo; no dejéis de mantener alerta vuestros sentidos durante esos asombrosos paseos, pues si estáis atentos, es fácil que veáis algún ciervo, cabra montesa, gineta, jabalí o incluso algún águila o buitre.
Además de numerosos lugares de interés geológico que puedes encontrar en Los Ancares Leoneses como son:
- Deslizamiento de Tejedo de Ancares
- Encajamiento del Río Cúa en Cariseda
- Circo y valle glaciar del Cuiña
- Depósito fluvio-glaciar de Sorbeira
- Conjunto morrénico de Campo del Agua-Porcarizas